Hoy volvía a casa después del taller sobre imaginarios sociales de FLACSO, donde se habló, entre otras cosas, de la desconfianza y el miedo que nos han caracterizado como sociedad en los últimos años. Esperaba un colectivo que no pasaba y ya casi era de noche (el miedo asomando ya). La cola de vehículos era interminable porque tenían cerrado el paso por Casa Presidencial. Me atreví a preguntarle a un taxista sin pasajeros si me llevaba "colectivo". Me preguntó hasta dónde iba y cuando le dije, me contestó que sí. Mientras la fila avanzaba a cuentagotas, hablábamos de que en la Presidencial tienen pavor de las marchas de los viernes. Luego me contó que en realidad debía recoger a un cliente; pero me sacó de donde estaba, me dejó en un punto de taxis, recomendada con el despachador, y no me quiso cobrar. Después de todo, las antorchas sí iluminan un trecho de esta Honduras.
(Foto tomada de la página de Facebook Renuncia JOH) |
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